Durante más de dos años, la inflación ha sido la principal preocupación en la Reserva Federal de EE.UU., pero ahora hay señales de cambio. Los funcionarios están preparados para recortar las tasas de interés en septiembre, confiados en que la estabilidad de precios está próxima, aunque los riesgos para el mercado laboral han aumentado. Jerome Powell, presidente de la Fed, indicará más claramente esta dirección después de la reunión de julio.

El indicador preferido de inflación de la Fed ha bajado al 2,6%, y el mercado laboral, aunque aún fuerte, muestra signos de moderación. Algunos funcionarios creen que es apropiado recortar la tasa de política monetaria para mantener el mercado laboral en un buen estado. Aunque la fecha exacta del recorte no está definida, economistas e inversores anticipan una acción en septiembre.

Mary Daly de la Fed de San Francisco reconoce que el mercado laboral podría estar cerca de un punto de inflexión, pero no ve necesidad inmediata de acción. Sin embargo, enfatiza la importancia de no esperar demasiado para actuar ante cualquier deterioro significativo.

El número de ofertas de trabajo por desempleado ha retrocedido a niveles de 2019, y la tasa de desempleo ha subido en los últimos tres meses hasta el 4,1%, aunque sigue siendo baja históricamente. La Fed está vigilando de cerca estos indicadores y estaría lista para responder si empeoran.

Las expectativas empresariales apuntan a un crecimiento más lento, mientras la Fed evalúa cuidadosamente todos los datos disponibles antes de tomar decisiones importantes.

En resumen, aunque la Fed ve señales alentadoras en la inflación, entiende que mantener su postura actual puede ser interpretado como un endurecimiento monetario. Los próximos meses serán cruciales para determinar si el entorno económico justifica un recorte de tasas.